miércoles, 18 de noviembre de 2015

Sexandrock&roll


#RETOCENADEEMPRESA

Desde hace unas semanas el tormento anual de todos los urbanitas ha comenzado, la temida (y largísima) campaña navideña, y parece que este año se ha dedicado ha tomar esteroides durante su hibernación para volver con más fuerzas y que no nos olvidemos de su presencia. Esta es por tanto la época del año de preocuparse por las compras navideñas para los seres queridos con los consabidos miedos y dudas (¿es correcto regalarle a mi cuñada esta bateria de cocina o es una prueba palpable del asco que le tengo?, ¿porqué me tengo que gastar en el tanto dinero cuando con suerte me regalará una colonia que no me gustara?, etc.), la época de las peleas en torno a la organización de la cena y comida navideña, y por supuesto la época de (HORROR) las cenas de empresa.
 La obligación de acudir a estos actos se hace ineludible, a pesar de que todos los años decidamos en un momento de asco y frustación, y con categórica e resolución que ese año pasas de ver fuera del trabajo a la gente del mismo en estado de embriaguez, puesta con tus mejores galas y soportando conversaciones intrascendentes y absurdas, así como como comentarios fuera de tono, con una sonrisa falsa y con ganas de irte a tu casa, o perdiendo la dignidad y la vergüenza tras varias (muchas) copas. Todos caemos y volveremos a caer un año más.
Perder los papeles y emborracharse en este tipo de actos es protocolario y aceptable socialmente hablando, y trás una hora con gente de la oficina con tensas ( aunque navideñas) actitudes y conversaciones, se hace hasta una necesidad, lo que jamás hay que olvidar es que no hay que permitirse caer al mismo tiempo, en el estado de embriguez más absoluto y en los brazos ( y/o garras y/o tentáculos) de algún compañero del trabajo, porque aparte del bochorno que tendrás todos los dias cuando lo veas delante de la máquina del café, te quedarás con el sanbenito en la oficina de...promiscua.
La mejor opción es siempre aprovecharse de que otras empresas estarán en el mismo momento, en el mismo lugar, celebrando lo mismo y en estados etílicos similares, con la ventaja de que, si no lo deseas, no  tendrás que ver al susodicho nunca más, y disfrutarás de tu momento "allbran" en la más completa intimidad, sin que sea recordado por los siglos de los siglos ( o hasta la próxima cena en la que alguien haga algo que supere a tu desliz).
Mezclar el trabajo con el ocio nunca es recomendable, pero hay que asumir que estos actos sucederán cada año, y que hay que asumirlo con dignidad, elegancia y madurez. Con dos copas todo se ve mejor, y con cuatro, hasta tu jefe parecerá tu mejor amigo, pero no todo es lo que parece y todo será recordado convenientemente. Lo mejor es siempre escabullirte cuando se pueda y quedarcon tus amigas e iros a celebrar que habeis superado un año más.

Lola Heartbeat

 

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