La eterna espera de la llegada del amante al lugar del tórrido encuentro, la angustia
de la cama vacía esperando a ser llenada por la pasión de dos cuerpos, ha servido de inspiración para esta editorial en la que prendas clásicas masculinas se combinan con vestidos u otras prendas de lencería femenina, para crear una mujer irresistiblemente sexual, ese oscuro objeto de deseo, en la que destaca por encima de todo su figura entre las sábanas, cortinas y cristales.
Con un maquillaje de colores neutros que resulta casi inexistente que se combinan con las prendas de corte y colores sencillos para dotar de más dramatismo a esta escena de ansiedad e impaciencia por esa espera sin fin, esa deseperación que se muestra con los juegos en las sábanas, en la contraposición de mirada con los cristales y en los bailes incesantes con las cortinas.
Sexualidad e inocencia se mezclan aquí para mostrar que tanto las prendas masculinas como las femeninas pueden seducir y atraer a cualquier persona a esa cama de blancas y húmedas sábanas.

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